El trompetista de la calle Castillo se acaba de convertir en preámbulo. En el prólogo de la que podría llegar a ser una gran historia. Y confieso que para mí ha sido toda una sorpresa porque, yo, cada vez que lo oía tocar, pensaba que la historia era él. La biografía que prologa este trompetista es la de su hija Sislena, ganadora de la última edición del concurso Tú sí que vales. La tinerfeña emocionó a los españoles con su voz y ahora no hay quien deshaga esas lágrimas. Sin embargo, para saber el final del cuento habrá que esperar a ver cómo gestiona o le gestionan su éxito.Y es que la gestión que cada uno hace de su vida es fundamental. Sobre todo, si se ha pasado por un concurso de televisión con millones de seguidores. Yo aún me acuerdo de uno de estos casos y de su protagonista. Cuando lo conocí, lo primero que me llamó la atención fue su corbata. Juan Manuel Brito Arceo solía ajustarse al cuello vistosos nudos medio Windsor que atraían todas las miradas. Recuerdo en particular la que llevaba puesta en una entrevista publicada en 2003. En la foto, él estaba sentado encima de una mesa del Ayuntamiento de Santa Cruz, con las piernas separadas y las manos unidas. Y luego estaba aquella corbata, perpendicular a todo lo demás. Al verla, me pareció que Brito Arceo estrenaba concejalía por todo lo grande, sin remordimientos. En la entrevista desveló que su objetivo era modernizar el archivo municipal. Catalogarlo y protegerlo. Quería dejar su huella. Hacer un buen trabajo por él mismo y por su partido, el PP. Pero, si lo hizo, no me acuerdo. A mí, Brito Arceo se me quedó enganchado por otra cosa. Una en la que sus desinhibidas corbatas fueron el prólogo que, como en el caso del trompetista, no supe ver. Brito Arceo me sorprendió de verdad el día en que entró a concursar en Gran Hermano Vip. Eso sí, no entró como concejal de una capital, sino como árbitro de fútbol de Primera División. Y aunque a la casa de Guadalix de la Sierra llegó con una dosis de polémica desde su arbitraje en 1989 de un Sevilla-Barcelona, en el reality show supo resolver enfrentamientos y quedó en segundo lugar. Claro que hubo consecuencias. El alcalde lo suspendió de empleo y sueldo, y perdió credibilidad como político. Pero cada cual se gestiona como quiere.