Ayer, una alcantarilla de Tomé Cano echaba humo frente al centro médico y mientras la miraba me preguntaba si es que todo lo que está por venir crece ahí abajo, en los bajos del mundo, al puro estilo V de Vendetta. Pero no. Seguramente se trataba de una colilla mal apagada y mal tirada. Más tarde, cuando dejé consulta y pisé calle, ya no había rebufo. En Santa Cruz es habitual ver humaredas saliendo de cloacas y papeleras como si fueran fumatas anunciadoras. Supongo que la gente que arroja sus húmedos y apurados cigarrillos cree que los ha apagado bien o que van a expirar solos y en silencio. Sin embargo, hay que tener en cuenta que todo lo que un día tuvo fuego conserva brasas, y que todo lo que muere encendido arrastra con él lo que encuentra a su alrededor. Así que, se mire por donde se mire, echar colillas a las papeleras, contenedores y sumideros no es una buena idea. Un amigo, Dani, siempre asomado al paso de la vida, permanentemente atento al frente y al flanco derecho, entre dulces y lectura, en definitiva, propietario de un quiosco con dos ventanas a la calle en el centro de Santa Cruz, ha apagado más de un conato a su alrededor. Cuando no es una de las tres papeleras cercanas, es la alcantarilla que tiene al lado. Tantas veces ha sofocado fogatillas que tiene hasta pillada la cantidad de agua que debe verter en cada caso. Antes daba una botella a los clientes para no tener que dejar solo el quiosco, pero éstos se pasaban con los nervios y las prisas y vaciaban el recipiente de una sola vez, un gasto grande en estos tiempos, un despilfarro de libro. Así que tenemos a Dani corriendo de aquí para allá cada vez que una papelera se muere de sed, agotando mercancía en estudiadas dosis, sirviendo al municipio como buen vecino. Y eso que, aunque pocos, en la capital tinerfeña hay recipientes preparados para absorber nicotina. Algunos contienen arena y otros piedra. También los hay más ingenuos y se conforman con no permitir papel ni plástico en su interior. Los tres casi perfectos, pero insuficientes para una ciudad que fuma en el exterior y con el aire en contra.