Estos días ando con la música a cuestas, colgada a una banda sonora alternativa a la que se oye por las calles fiesteras del centro. Suelo comenzar la mañana con Nada (Zoé), voy por El Toscal con Días de gloria (Distrito 14) y, cuando estoy en el trabajo, últimamente me da por El hijo de Dios (Nudozurdo). Luego, dejo que la máquina escoja las canciones aleatoriamente para ir adaptando mi gesto a lo que escucho en cada momento, en lugar de lo contrario, que sería lo normal pero también supondría ad- mitir mucho. Sin embargo, en esa aleatoriedad, a veces el azar da en el clavo de una forma sorprendente. Por ejemplo, cuando leí que en 2011 llegaron a la ciudad 829.590 cruceristas, estaba escuchando Guano güeno (Species), que dedico a los que están por desembarcar. Y cuando vi a un formal José Manuel Bermúdez -alcalde de Santa Cruz- dar la mano a Ana Botella -alcaldesa de Madrid-, me hacía ilusiones con Atrévete (Calle 13). Pero uno de los mejores ensamblajes que puedo aportar ocurrió al echar un vistazo al borrador del plan estratégico que el Ayuntamiento está elaborando para la ciudad. Mientras lo repasaba, sonaba de fondo Llamando a tierra (M-Clan). Ni idea de cuánto esfuerzo y dinero está costando el documento, y desconozco a cómo va el kilo de reuniones que mantienen los municipales para establecer las fortalezas y debilidades de la capital. Pero si vienen ahora con que hay que mejorar el medio ambiente, fomentar el Parque Rural de Anaga, atraer más turistas, reconciliarnos con el litoral e impulsar la cultura, es para echarse a llorar. Y, además, tengo canciones para algunas de estas ideas. Por ejemplo, cuando se habla de potenciar Santa Cruz como sede de organismos internacionales, me acojo a Just like a woman (Bob Dylan). Si de lo que se trata es de recuperar orillas, prometo sobre la letra de Te daría el mar (Joaquín Carbonell) que lo llevo oyendo desde 1999 y que, finalmente, he llegado a la conclusión de que eso se lo dirás a todas. En cuanto a revitalizar Anaga, es un cuento tan viejo como el desasosiego que encierra Possibility (Lykke Li). Y el deseo de sacar cultura hasta de debajo de las piedras me deja como No hay noticias (El niño gusaño). No obstante, para que no se diga, ahí va una Canción de amor (Los especialistas-Labordeta) y haya paz en Carnaval.