Los taxistas de Santa Cruz llevan buscándose la vida a la desesperada desde hace tiempo, pero más todavía desde que en junio de 2007 llegó el tranvía y les quitó público. Cuánta cantidad de carne les han arrebatado los vagones de colores, no lo sé. Yo creo que no tanta como se va diciendo por ahí. Apuesto que peor fue cuando, seis meses después, al inspector del tren se le se coló la crisis en una de las paradas y, al apearse en la siguiente, se quedó tan pegada al suelo de la ciudad que no hay espátula que la despegue ya. Ese polizón sí que ha fastidiado bien a los taxistas, como a todo dios, y, encima, les ha realzado aún más su flancos débiles. Entre ellos, el empacho de licencias que empalaga a la capital, a razón de una barbaridad para tan poco cristiano. Así que, en resumen, tenemos la llegada del tranvía por un lado y el exceso de luces verdes por otro tocándoles las narices a los taxistas. En cuanto al primer asunto, ayer me enteré por uno de ellos que, aunque el tren les ha fastidiado en porcentaje considerable, no ha tenido tanto éxito en el tramo que va de La Cuesta a los Andenes. El conductor no sabía el porqué del fracaso, pero el caso es que me aseguró que a penas hay clientela en los vagones que recorren esos barrios. Si es tal y como desembuchó el hombre, se les abre un coto de caza interesante en la zona. En cuanto al segundo asunto, el de las licencias, el Ayuntamiento y el Cabildo se han puesto manos a la obra para liquidar 60 bajadas de bandera. Bien por ellos. El sector reclama ese recorte desde hace años. No hay tanto cartucho para tan poca pieza, que además de escasa está empobrecida. Pero no nos bajemos aún del taxi, que hay más que contar. A los políticos locales se les ha ocurrido subvencionar taxis compartidos en los caseríos de Anaga para facilitar la vida a sus habitantes, y es otro acierto. Supone cierta ayuda al sector y también a la ciudadanía. Pero ahora habrá que ver qué pasa con las líneas de guaguas que se retiran del monte. Espero que no las prejubilen. Muchos barrios andan escasos de este transporte y no vendría mal más verde al paisaje.